Sus majestades entran en algunas casas de San Isidro y La Fuente, distritos donde el agua llegó al segundo piso, cuando el magro bajaba con el doble de caudal que el río Ebro
Sus majestades entran en algunas casas de San Isidro y La Fuente, distritos donde el agua llegó al segundo piso, cuando el magro bajaba con el doble de caudal que el río Ebro