Tras conocerse lo ocurrido aquella fatídica madrugada de julio en la que una jauría le arrebató la vida de una paliza a Samuel Luiz, fue inevitable pensar en la impávida reacción de los que fueron testigos silenciosos del asesinato
Tras conocerse lo ocurrido aquella fatídica madrugada de julio en la que una jauría le arrebató la vida de una paliza a Samuel Luiz, fue inevitable pensar en la impávida reacción de los que fueron testigos silenciosos del asesinato